Desmontando algunos mitos sobre los videojuegos
El mundo de los dispositivos electrónicos es una realidad con la que debemos lidiar y con sus oscuras leyendas
Hasta los nueve años, la principal razón por la que los niños están más tiempo ante los dispositivos electrónicos es porque están en sus casas demasiado tiempo durante los tiempos de ocio. La posibilidad de salir al exterior o encontrarse con sus amigos en días de diario se ha restringido notablemente debido a la necesidad de supervisión paternal que parece obligatoria hoy en día. En una vivienda de 60 metros, se puede jugar ciertos juegos, pero otros son imposibles, justo los que son más atractivos para el cerebro infantil que exigen movimiento e interacción muy física como saltar, correr, etc. No hay columpios en casa.
Si buscas en Google encontrarás expertos que aseguran que los videojuegos pueden causar depresión, agresividad, pérdida de sueño, dolores, obesidad, trastornos de la atención y una lista interminable de perjuicios.
Las críticas se centran en:
- Aislamiento social.
- Reducen las oportunidades de juego al aire libre y por tanto facilitan la obesidad.
- Lo más curioso, promueven la violencia gratuita.
Sobre el tema de la violencia, desde el punto de vista neurocientífico, no tiene sentido. No hay diferencia cognitiva ni emocional para el cerebro entre matar marcianos en una videoconsola o leer El señor de los anillos donde se matan miles de orcos o las aventuras del capitán Alatriste donde te rebanan el gaznate en menos que canta un gallo. A los niños les regalamos y recomendamos leer las aventuras del capitán Alatriste y no van por ahí matando herejes.
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